Horas antes de ver a Johnston, al magnífico, al genio, a ese outsider de habitación que todos estábamos esperando pero que (sinceramente) nadie sabía qué esperar de él, me encontraba en un bar de por los alrededores tomando unas copas con los colegas. Debo decir que costó encontrar un bar que no estuviera lleno de modernillos y que, a pesar del partido (ignoro qué equipos jugaban), abundaban más las boinas que los gritos de “gol”. Esto quiere decir, sí, la sala se llenó. Completamente. Se vendieron todas las entradas, hubo una cola inmensa (amigos de amigos nos colaron, y expreso mi inmenso agradecimiento), y, aunque conseguimos poder respirar y tener una 10ª fila más o menos, en la primera fila dudo que nadie pudiera hacer sus funciones vitales de forma segura.
No tuvimos que esperar mucho, al menos La Casa Encendida, a pesar de su peculiar forma de vender entradas (que me costó madrugar un domingo a las 6 de la mañana), tenía una buena forma de organizar la entrada a sus conciertos, así que en breves la sala estaba llenita y nosotros nerviositos. Salieron los teloneros. A su favor, decir que telonear a Johnston es parecido a telonear a Bob Dylan o a los mejores Pink Floyd para la gente que estaba allí (o al menos quiero pensar eso y que no iban para contarles a sus amigos lo “chuli” que había estado). En contra, todo lo demás. Canciones “indie pop” de serie cortísimas, como una especie de versión pre-adolescente de Camera Obscura. Wild Honey, que se llaman, y al parecer un proyecto en solitario del cantante, que componía letras adolescentes, “felices”, simplonas y todo lo demás. En fin, para ser de Madrid, deja mucho que desear y no creo que aporte nada a la escena (incluso después de haberme escuchado algún tema suyo estos días para rectificar mi opinión).
Dejemos de un lado las críticas destructivas, y concentrémonos en lo que nos concierne. Tras hacernos esperar sólo unos minutos después de los teloneros (la organización del concierto compensaba aquello de madrugar después de todo), Johnston salió él solo a escena acompañado de una guitarra. Y bueno, ya sabéis, se equivocaba de acordes, tenía las letras apuntadas, y no era capaz de mirar al público (incluso dijo "oh, quiero morir, estoy tan triste, ¿estáis conmigo en esto?"). Pero tú le mirabas, y sentías que él representaba toda esa parte de ti nerviosa, triste, obsesiva, que todos llevamos dentro. Y es que todos tenemos fallos, y lo que hace a Johnston lo que es es que es un ser humano.
Con todo, cuando salió la banda para acompañar a Johnston, muchos respiramos aliviados (un show de sólo guitarra y voz podría habernos dejados a todos muy tocados del corazón (incluido a Johnston, que ya estaba bastante nervioso)). Personalmente, me incluyo entre los que piensan que aquellos músicos mejoraron la actuación y fueron muy importantes para sacar a relucir lo mejor de Johnston. Los temas fueron los típicos a veces (Casper, The Beatles, Mask, ese True Love Will Find You In The End al final del bis (que, por cierto, tampoco nos hizo esperar mucho, ni tuvimos que pedir bis con ganas, salió en seguida)), pero alguna que otra sorpresa nos llegó a los buenos fans de Johnston, sobre todo cuando cerró (justo antes del bis) con Devil Town, aquel tema a capela que se quedó grabado en mis oídos y en mi corazón y que sigo tarareando en sueños. La interpretación de Fish, además, fue excelente como poco. Y bueno, Walking the Cow y Speeding Motorcycle (en donde bajista y guitarrista se pusieron los dos al teclado,) dejaron simplemente helada a toda la sala.
Y, por último, disculparme con el señor Johnston, porque soy de los que entre canción y canción no tuvieron fuerzas para aplaudir (apenas sí las tuve para dar una llamadita a mis buenos colegas ruso y Charles), porque, aunque los aplausos y vítores fueron dignos de una figura del rock (un poco mitificado, sí, la verdad), yo sentí que lo mejor que podía hacer era callar y dejar que su voz me hiciera mirar dentro de mí mismo. Como único punto negativo, cabe destacar que creo que mucho modernillo fue allí sin haber escuchado muchas canciones de Johnston y sólo “a ver a la figura”, y bueno, como digo siempre, las mitificaciones están muy mal. A quien fue por la "figura" o por el morbo, espero que se haya ido disfrutando de un concierto divertido, distinto y definitivamente, bueno. Que no se trata del nombre, sino de la música.
Para los que quieran descargar algo del señor Johnston, os dejo (de otro blog, pues no encontré enlaces directos que no llevaran contraseña) el “Welcome To My World”, que como recopilatorio está bastante bien.
Enlace: http://z415.blogspot.com.es/2008/06/daniel-johnston-welcome-to-my-world2006.html
(Por cierto, la foto es cortesía de mi colega Santi, con una cámara malísima, desde nuestra posición, pero me pareció mucho más personal que coger una de El País, lo fis a tope.)
(Por cierto, la foto es cortesía de mi colega Santi, con una cámara malísima, desde nuestra posición, pero me pareció mucho más personal que coger una de El País, lo fis a tope.)
0 comments:
Post a Comment