The Shaggs- philosophy of the world
Si a cualquier escucha más o menos versado se le pide que nombre un puñado de autores que se hayan adelantado a su época con obras que escapen a toda etiqueta y que, al mismo tiempo, constituyan pruebas de fuego para lo oídos, tal lista incluiría seguramente a Captain Beefheart, Albert Ayler, Red Crayola, Ornette Coleman, The Velvet Underground y otros, dictados por el gusto personal. A esa lista debe anexarse un grupo que, por su sola intención musical, merece un capítulo aparte: The Shaggs.
The Shaggs no fueron expertas en musicología, ni sostuvieron teorías vanguardistas, no buscaron asustar a sus oyentes y ni siquiera se engancharon a los excesos. Sus influencias —eso aseveraban— estaban cifradas en Herman Hermit’s, Ricky Nelson, The Monkees y Desi Arnaz (crooner cubano de los años cincuenta, conocido por su papel como Ricky Ricardo en el programa de TV «I LOve Lucy»). Son tres hermanas que cuando grabaron su álbum debut, en 1969, ingresaron, sin saberlo ellas, a un terreno estético y ético del que son únicas habitantes.
Philosophy of the World (RCA Victor/BMG Clasicss, 1999) es más un reto que un simple disco. Es una muestra de que por las vías de la ingenuidad y el desenfado tres adolescentes de Fremont, New Hampshire, impulsadas por su visionario padre, lograron hacer un disco que parece emerger de un sitio donde no existe la radio, las grabaciones fonográficas, ni las nociones más elementales de ritmo, melodía o armonía. No es ruido ni caos lo suyo. Al cabo de tres audiciones completas y continuas de ese redondo —de las que no los oídos no salen íntegros— se advierte que The Shaggs poseen una lógica interna muy propia, una manera de estructurar sus canciones que desbarata todo lo conocido hasta ahora como música pop. Acordes cortados de tajo, voces ajenas a cualquier afinación, ritmos descuadrados, abruptas transiciones armónicas y una batería que obedece a la extraña percepción de su ejecutante (más que a la inexistente simetría interior de las canciones) se extienden a lo largo de 12 temas que, al final y sin embargo, logran aglutinarse como artefactos que funcionan espléndidamente. O como señalara con precisión Bruce D. Rhodewalt de Los Angeles Weekly: “Si podemos juzgar a la música basándonos en su honestidad, originalidad e impacto, Philosophy of the World, de The Shaggs, es el disco más grandioso jamás grabado en la historia del universo”.
Enlace:http://www.mediafire.com/?cmzzwlhmtjc
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