Junto con Coleman Hawkins, Lester Young y John Coltrane, está considerado uno de los grandes saxofonistas tenores de la historia del jazz. Sus estilos son el bop y el hard bop, aunque se ha aproximado en varias ocasiones al free jazz en la estela de las innovaciones de Ornette Coleman, contando en ocasiones con la colaboración del cornetista de este, Don Cherry.
En su estilo siempre se ha notado la presencia de Coleman Hawkins, por su sonido denso y voluminoso, y de Charlie Parker, por la libertad de improvisación. Por lo demás, es frecuente su recurso al folclore (el Caribe, los calipsos…), su exposición reiterada de temas, su prolongación de las introducciones, su tendencia a la cita musical (himnos, canciones infantiles…), etc.
Comenzó como intérprete de piano, para luego centrarse en el saxo, primero en el alto y luego ya permanentemente en el tenor a partir de 1946. Tras realizar su grabación de debut con Babs Gonzales en 1949, Rollins logró un gran éxito con sus grabaciones con J.J. Johnson y Bud Powell ese mismo año; la última sesión le hizo tocar junto a Fats Navarro. El talento como saxofonista de Rollins fue evidente desde sus comienzos, y así consiguió tocar con Miles Davis en 1951 y con Thelonious Monk. Tras un periodo de retiro, Rollins se unió al Max Roach-Clifford Brown quintet a finales de 1955, continuando tras la muerte de Brown hasta 1957. Desde ese momento, desempeñó funciones de líder en sus grupos.
La serie de brillantes grabaciones de Rollins para Prestige, Blue Note, Contemporary y Riverside durante los años cincuenta le llevaron a ser aclamado como el mejor saxofonista tenor de la época, al menos hasta la irrupción en escena de John Coltrane. Se retiró de nuevo entre 1959 y 1961 (época en que se hizo mítica su estampa de intérprete solitario sobre el puente de Williamsburg) y regresó con un cuarteto que incluía a Jim Hall, hasta que en 1968 decidió retirarse de nuevo.
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